Queríamos atraer a los fans del hip hop internacional y acercarlos a lo que nos llega desde Corea, siguiendo los códigos propios del género y demostrando que la calidad de la escena coreana es la misma que la del hip hop de cualquier otra parte del mundo.

Los artistas de K-hip hop hacen referencia constantemente a tronos, coronas, oro y joyas, por lo que confiamos en el bling bling y los símbolos de la realeza para simbolizar el poder y la superioridad.

Creamos una serie de cinco coronas con formas parecidas a los tatuajes tribales. Tanto a las coronas como al lock-up le dimos una estética metalizada y tridimensional, para convertirlos en parte de las joyas que “coronan” a los artistas. Creamos estos elementos en cinco colores distintos, a combinar con los estilismos de los protagonistas de cada portada.

Dimos vida a estas coronas para que pudieran implementarse en un mayor número de elementos visuales.

Y, por último, creamos una colección de merchandising con los accesorios más usados por los artistas y fans de este estilo musical.